Tal vez nunca hubo mejor momento que este para hablar del concurso de acreedores. Planea sobre el ámbito del abogado derecho concursal un anteproyecto de reforma de la Ley Concursal cuyo periodo de alegaciones se cerró ayer mismo, que exige entender muy bien la naturaleza del concurso de acreedores para poner en valor el papel de los especialistas en Derecho Concursal, como garantes de todo el proceso para el ciudadano.
Por lo tanto, vamos a empezar entendiendo el concepto.
El Concurso de acreedores
El Concurso de Acreedores es un proceso legal al que se pueden acoger las entidades sobreendeudadas o insolventes. Es decir, que no pueden hacer frente a sus compromisos de pago contraídos. Es un proceso como decimos a través del cual las personas u otras entidades que no pueden pagar sus deudas a los acreedores pueden buscar una solución de continuidad o una liquidación ordenada cuando no fuera posible reflotar la actividad.
Por lo tanto —y esto es muy importante entenderlo— el concurso de acreedores es una doble medida de protección. Por un lado se va a asegurar de que se respeten los derechos de los acreedores a cobrar aquello que se les adeuda y que es legítimo cobrar.
Pero de igual forma el concurso de acreedores no busca sí o sí la liquidación de la empresa. El administrador concursal —y el proceso en sí mismo— buscar a satisfacer en lo posible al acreedor toda vez que tratará de reconducir la gestión de la empresa hacia la solvencia.
Aquí se aprecia que el objetivo no es destruir a la empresa concursada, sino reflotarla y recuperarla para la actividad económica normal, con lo que ello supone en cuanto a conservación de puestos de trabajo.
La importancia de la especialización
Podríamos decir que cualquier empresa bien gestionada debe tener un asesoramiento experto en materia de derecho mercantil. Cualquier entidad puede ser objeto de circunstancias sobrevenidas e inesperadas que desemboquen en un contexto más o menos prolongado de insolvencia.
El derecho mercantil es una rama de gran complejidad. Si bien aparece incardinada dentro del Derecho Civil, es de tal relevancia que Incluso sus asuntos se dirimen en sus propios espacios jurisdiccionales: las salas de lo Mercantil habilitados exclusivamente para atender los litigios que nacen de estas relaciones comerciales o societarias.
Con el párrafo anterior, se subraya la importancia de acudir —en caso de necesidad— a despachos específicamente especializados en la materia mercantil. El carácter de especialización cobra aquí relevancia especial dadas las consecuencias que tiene el proceso concursal para todos los sujetos implicados en él.
El especialista es aquel que ya ha participado en un número elevado de concursos de acreedores y por tanto escapar de ofrecer las mejores soluciones. Se busca el mejor asesoramiento tanto si somos la empresa concursada con dificultades de pago, como si somos la empresa acreedora que sufre en forma de impago las consecuencias de la incapacidad financiera o insolvencia de otra entidad.
Administrador Concursal
El administrador concursal, es decir el profesional que se ocupa de la gestión del concurso de acreedores, es una garantía para los derechos tanto de aquellas empresas que atraviesan las mayores dificultades económicas —para las que además representa la esperanza de ser reflotadas—; como para las empresas acreedoras que también sufren económicamente por no poder cobrar un producto o servicio que han servido. El concurso de acreedores como proceso y el administrador concursal como profesional, son agentes de primer orden para el equilibrio de nuestro ecosistema empresarial y como tales deben ser considerados y respetados en tantas reformas como se quieran plantear.